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Desde la cárcel

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Dos niñas-mujeres que deben inspirarnos

Mi encuentro con Ana Frank fue a través de una pequeña historia que leí sobre ella en un libro. No recuerdo exactamente en cuál. Lo que sí sé es que me impactó que haya estado encerrada desde los 13 años hasta los 16 como víctima de la persecución nazi. Pero más que eso ese sentido de optimismo ante la vida que hizo que solo hasta el final viera difícil su situación y su luz se apagara en las páginas de su famoso diario: "El Diario de Ana Frank". A partir de ahí he sido su devota, seguidora. He leído su diario, visto películas, documentales y he buscado que mis estudiantes la conozcan y sepan que se puede tener un criterio de la vida y la circunstancias. Tenía 13 años, vivió 16, de los cuales tres estuvo en el encierro, y nunca hubo una queja o algún sentimiento de odio. A veces pienso que este encierro por la Covid 19 es un castigo injusto y luego recuerdo a Ana quien no veía ni un rayito de luz, encerrada en una pequeña habitación y con un diario, Kitty, como único vehícul

Thriller... aparecidos, enfermos y sin conexión

Una de las cosas que más tristeza me da de la educación ecuatoriana es la creencia que pasar de año es lo que importa. ¿Aprender? y eso qué es. Otro período lectivo de clases virtuales por la Covid-19 que ha vuelto más ocioso al ocioso, mediocre al que ya lo era y enfermos mentales a los que no entenderemos nunca a esta sociedad conformista que hace poco y a veces pide demasiado. En condiciones normales era difícil el trabajo docente con un grupo de estudiantes que en su mayría confesaba que estudiaba porque sus padres lo obligaban y por eso no hacía lo que debía o lo hacía a medias. Bajo el "amparo" de la pandemia esos mismos alumnos a los que al menos se los veía por el salón de clases y con los que se hacía casi magia para hacerles entender cuál era su importante rol en la erducación, desde la virtualidad desaparecen y aparecen de acuerdo a su conveniencia y, claro está, bajo el escrutinio de sus padres a quienes lo que puedan aprender les es irrelevante porque aquí si pas

Una justicia anticipada

Así como en la novela de García Márquez "crónoica de una muerte anunciada", así sabíamos y esta vez incluído el Santiago Nassar de nuestra historia que la justicia ecuatoriana en la actualidad responde a intereses ajenos al pueblo o a las leyes. No hay respeto y, por lo tanto, era sabido que Rafael Vicente Correa Delgado sería condenado por "influjo psíquico" una cosa de locos, pero que en Ecuador no es sorpresa. Lo sabía él, lo sabían las élites, lo sabía este gobierno miserable, lo sabían los jueces, la fiscal, los enemigos y los amigos.Todos sabíamos lo que iba a ocurrir. Lo condenarían para que no participe a la vicepresidencia de la República. Que no es nadie, que es corrupto, que ha perdido peso político, que nadie lo quiere dicen sus odiadores que durante tres años se han pasado recordándolo y eso lo ha mantenido en el sentimiento colectivo. Parece que les hace falta Literatura, como decía uno de los cuentos de Ángeles Mastretta, que acordarse hará que el re

Para obrero y para patrón

Con la trágica situación que vive Ecuador tras la pandemia del Covid-19 quién puede imaginar que se convirtió en el mejor aliado de los corruptos que cogobiernan, del mismo gobierno y sus atrocidades. Una enfermedad que hizo millonarios a unos y nos hizo más pobres a otros. La dimensión de todo lo que hemos perdido porque estos traidores han aprovechado la coyuntura será materia de análisis en todos los debates políticos, económicos, sociales y el de la educación. El de la educación es el más sensible de todos porque a pretexto de la cuarentena nuevamente volvimos al sistema en el que los que estudian en el sector fiscal se preparan para obreros y los del sector privado para ser patrones. Resulta que por la cuarentena y la enfermedad, el Ministerio de Educación ha implementado un sistema de fichas semanales que lejos de enseñar algo de provecho lo que hacen es que los chicos se vuelvan sometidos y obedientes. Mientras ellos hacen manualidades y controlan sus "emociones" en e

Callar es ser cómplice

Muchas veces somos cómplices de injusticias por el miedo a perder aquello que creemos seguros. La cobardía de sacrificar la comodidad hace que seamos testigos mudos de hechos deplorables, cuestionables y aunque sabemos que están mal, solo callamos. Con este gobierno nos hemos vuelto cómodos ya sea porque nos acostumbramos a que pase de todo, que nos vaya mal, que se haya destruido todo lo que se construyó con esfuerzo solo por el odio al presidente anterior y también porque lejos de ser democrático como tanto anunció es uno de los más represivos semejando una dictadura militar de esas de las que algunos vivieron y otros hemos leído en los libros de historia. En un tiempo fui muy activa en redes sociales con mis críticas. Es una postura cómoda, nadie me conoce y a quién le importa lo que pienso. No soy influencer ni de lejos, pero sentía que hacía mi parte, aunque no era suficiente. Luego empiezan las reflexiones de los viejos de cuerpo y de espíritu que dicen que no puedo decir nada po